jueves, 21 de febrero de 2013

Higiene bucal en los niños.

La mejor forma de conseguir una buena higiene es por imitación, por ello desde los 18 meses el niño debe de jugar con su cepillo y morderlo, mientras padres o hermanos se cepillan los dientes para que se acostumbre a esta rutina diaria. Poco a poco se intentará que deje que sus padres le limpien suavemente las muelas, lo importante como el que barre es quitar los restos recién depositados.

Encías inflamadas por restos blandos sobre los cuellos de los dientes

Es mejor usar cepillos específicos para niños con la cabeza pequeña y colores atractivos para los niños. Suele gustarles se les siente en posición que ellos puedan abrir y cerrar los grifos de palanca mojando así el cepillo ellos mismos. También les gustará coger el cepillo de los padres y llevarlo a la boca de estos, para jugar a que les están cepillando los dientes a sus papás.


Las muelas (piezas posteriores) recién erupcionadas, sean de leche (erupcionan del año y medio a los dos años y medio) o definitivas (erupcionan a los 5-7 años), son más susceptibles a sufrir deterioro por caries. Por ello es esencial limpiar las superficies oclusales de las muelas que son las que trituran los alimentos. Posteriormente también hay que poner atención si quedan restos entre medias de las mismas para que no se hagan caries entre dos dientes que sólo se verán con radiografías en las revisiones semestrales que hará su odontopediatra o cuando el deterioro sea muy grande por lo que se romperán y los padres apreciaran a simple vista el enorme agujero.

Caries detectada con radiografía en el segundo molar temporal  mandíbular por 
empaquetamiento de comida entre los molares (segundo inferior por la izquierda) 


La limpieza del diente se hará en todas sus superficies y además frotando  la encía.
  1. Comenzaremos limpiando los incisivos superiores e inferiores.
  • Primero limpiar de abajo hacia arriba las superficies lisas de los incisivos

  • Segundo limpiar la encía inclinando el cepillo 45º

  • Tercero, limpiar las superficies que miran al paladar o la lengua


    2.  Continuaremos con los molares superiores por el lado derecho. 
  • Primero las caras masticatorias de delante hacia atrás
  • Luego los laterales de arriba a abajo
  • Finalmente inclinar 45º el cepillo hacia el cuello del diente donde empieza la encía para limpiarla.


    3.  Seguiremos en sentido horario la misma pauta pasando al lado superior izquierdo del niño, luego al inferior izquierdo y finalmente el inferior derecho

    4.  Antes de terminar frotaremos la lengua que acumula restos, visibles por el cambio de color del dorso lingual, que dará mal sabor de boca. Como el niño no tendrá paciencia intentaremos hacer cada lateral al ritmo que nos deje.

No es recomendable el uso de la pasta dental hasta saber que no la tragan alrededor de los 4 años, por ello mecánicamente el cepillo barrerá la superficie de dientes y encías. Posteriormente los sabores de fresa, etc.. pueden ser un atractivo para jugar durante el cepillado.


El uso de enjuagues de contenido de flúor, son recomendables a partir de los 5-6 años. Elegiremos los de uso diario para tener la costumbre de cepillarse después de cenar antes de meterse en la cama, por ello se cepilla los dientes, mantiene dos minutos el enjuague en la boca y lo escupe sin tragarlo. Podemos ayudarnos de juguetes que marquen el tiempo a tener el enguague en la boca o lo que debe durar el cepillado. A partir de ese momento, no se debe comer nada, al dormir disminuye la cantidad de saliva en boca y los restos de comida, dulces o ácidos que se queden en la boca dormidos serán muy agresivos en un ambiente sin la protección de la saliva y sin el movimiento de los labios y lengua que eliminen esos restos.



La higiene bucal debe realizarse después de cada comida, pero a veces es difícil en nuestro rutina diaria hacerlo, recomendamos seguir las pautas expuestas sino en cada comida, al menos todas las noches antes  de acostar al niño, para con paciencia, dedicar el tiempo necesario para una limpieza adecuada.